lunes, 1 de marzo de 2010

El sueño de Lynch



Estando en bachillerato me topé en la televisión con Mulholland Drive. Hacía relativamente poco tiempo que habría visto El Hombre Elefante, así que el nombre de David Lynch me sonaba e incluso me resultaba sugerente. La película la vi a cachos, sin entender nada y con la censura materna acechando en "ciertas" escenas.
Recuerdo que fue en segundo de bachillerato porque poco después tuvimos la cena de final de curso, con profesores y alumnos. Mi profesor de filosofía se sentaba cerca de mí, y como tenía cierta confianza con él, le comenté que había visto la película de Lynch. Se sorprendió y me dijo, mitad en broma y mitad en serio, que cómo es que veía esas películas tan adultas. Quizás en ese momento me sentí algo orgulloso, pero al final tuve que admitir que no me había enterado de nada. Él mismo David Lynch afirmó no entender su propia película, me contestó el profesor.

Hoy, casi cuatro años después, me animé a verla de nuevo, desde el principio. El resultado ha sido un poco decepcionante. Ya no sólo era intentar buscar sentido al argumento, sino también entender si podía justificarse tanto engaño. Después de 100 minutos manteniendo más o menos la intriga con un par de cosas, se suceden las cosas raras. Si no fuera por el precedente de saber que estás viendo una peli de David Lynch, alguien pensaría que ha cambiado el canal sin darse cuenta. Al final quería que me explicaran la película. Convencional, pensará más de uno. Pero al menos podría dar más pistas.
Pensando un poco, siendo una peli pseudo surrealista la salida más fácil es que todo era un sueño. Y al ir encajando algunas piezas me di cuenta que daba igual entender o no la historia, porque simplemente ésta no me decía nada. Creo que es como una de esas obras de arte contemporáneo alrededor de las que revolotean intelectualoides y que realmente han sido creadas con ese único fin.
Me gustan las películas oníricas, pero ésta se preocupa sólo en confundir al espectador de manera caprichosa y sin motivo. Para esta película, o bien eres un poco honesto y admites que tiene cosas buenas (como la actuación de Naomi Watts y la escenografía) aunque el conjunto esté sobrevalorado; o bien eres un entendido que además de elogiarla, puedes justificarla. También están los que la ven y no la entienden, o la medio entienden, y eso les hace sentirse bien hasta el punto de clasificarla como "obra maestra"; o la clasifican de tal manera por ser extraña...
Yo no pasaré por ahí. Acabo de perder posiblemente la confianza de muchos, de los pocos, que me leen. Aunque supongo que, con el tiempo, la volverán a recuperar.

PD: Como me encantan los maratones, pero nunca había hecho uno, esta noche he visto "Una historia verdadera", también de David Lynch. Y me ha gustado más.